Esto fue una auténtica vergüenza. Y sonaría a chiste si no fuese porque habéis jugado con el pan de la gente durante 3 años.
En primer lugar, se sacó una normativa en medio del proceso de oposición que no aparecía en la convocatoria.
Además, unas provincias lo aplicaron y otras no: me consta que en Educación Física no se aplicó esta normativa, mientras que en especialidades como Inglés y Primaria, sí se hizo.
Por si fuera poco, una misma persona podía está baremada según esa normativa para obtener plaza, pero no para sustitución, o viceversa, lo que provocó que hubiera gente que perdió su plaza.
La conclusión que se obtiene de todo esto es que Castilla y León no sigue un procedimiento común a la hora de aplicar una normativa en un proceso tan importante como es una oposición, sino que se basa en la arbitrariedad de criterios, perdiendo así toda la credibilidad.